Conversaciones sobre la guerra
Gracias a Javier F. Barrera y 1001medios por abrirnos un hueco en la barra del bar de Lola para seguir esta conversación entre Ramón Lobo, Gervasio Sánchez y A rturo Pérez Reverte. No se lo pierdan. (Post completo aquí) Me quedo con … con todo, pero me ha tocado especialmente esta reflexión de Gervasio Sánchez:
«Un día supe que los muertos sólo el menor problema de la guerra tras ser enterrados. Y empecé a buscar vivos».
Me parece clave. A lo mejor sólo con el relato de los vivos se puede denunciar la guerra. Históricamente se ha usado a los muertos para perpetuarla. Estoy muerto: puedes llamarme martir, héroe, caído e invitar a otros a morir en mi nombre o para vengarme … sin mi permiso .
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Su clienta María
Sencillo y precioso post de Rafael Vera sobre su clienta María. Uno también se retrata por la gente a la que admira.
No tengo la cabeza para banderas
Sé que se ha estilado siempre (no hay más que repasar los libros de historia) levantar pancartas nacionalistas en cuanto hay crisis económica. Pero no va conmigo.
Una es persona, mujer, madre y trabajadora, andaluza, española, europea y «terráquea». En estos momentos, no me cabe en la cabeza preocuparme por si me siento o no terráquea, europea, española y/o andaluza. La tengo demasiado ocupada y
preocupada por el efecto de esta crisis sobre las personas, las mujeres, los niños y el trabajo (o la falta de este).
Supongo que cuando todo vaya bien, y los derechos de las personas, mujeres, niños y trabajadores estén sólidos y lustrosos, tendré tiempo para analizar si me gusta o no esta bandera o aquella.
Mientras tanto, sigo pensando que el nacionalismo es un problema de ricos o una estrategia de los poderosos para que nos pongamos a reivindicar banderas en vez de Justicia, pan y derechos. (Viñeta de El roto vista aquí)
¿Y si la única forma de remontar es Cuestabajo?
Ojo con este grupo granadino «de rock duro y poesía urbana»:
- Primero parieron su disco «La naturaleza del Alacrán» y lo compartieron a lo Jamendo rules.
- Luego decidieron vertebrar Andalucía a golpe de Rock y van camino de ganarle la partida a la A-92.
- Y encima tuvieron el valor de ponerse en manos de Blog de Bori para contárnoslo
Ahora se descuelgan con la primera canción colaborativa escrita en y por twitter (con la complicidad de Lolacamisetas)
No se si se automedican o simplemente se cayeron de pequeños en la marmita del tirar para delante. Quizá resulte que la crisis se remonta cuestabajo.
Atentos a esta panda empachada de ilusión, talento y pura empatía sin ningún miedo a trabajar, compartir o equivocarse.
Y por cierto: son más majos que la leche.
Que no te agoten
Ética, valor, re
sponsabilidad, compromiso con la historia y tu público, independencia de todo lo demás y trabajo duro. Es lo que nos dicen que hay que echar a la olla para cocinar buen periodismo.
Si queremos que se mantenga al dente y los ingredientes den lo mejor de sí mismos, quizá el secreto esté en Hammett: un buen fondo para no acabar tomando por cierto lo que no lo es, simplemente porque uno se cansa de no creer.
Lúcida novela negra para tiempos oscuros. Trallazos de sentido común y de conciencia sin pamplinas.
«Lo esencial es no dejar que le agote a uno. Cuando se la pesca en una mentira, lo confiesa y sale con otra mentira, y cuando se la coge en esta, lo reconoce y sale con una tercera, y así sucesivamente. La mayor parte de las personas, se desaniman cuando las han cogido en tres o cuatro mentiras descaradas y acaban por decir la verdad o por callarse. Mimi (*) no. Ella sigue ensartando embustes, y hay que andarse con ojo, porque puede uno llegar a creerla, no porque parezca que está, al fin, diciendo la verdad, sino sencillamente porque uno se cansa de no creerla» .
(*) Sustituir a Mimi por ese o esa en quien estás pensando.
Dashiel Hammett. El hombre delgado (1934)
Urge rehab
Un puto imbécil destroza 100 familias en Noruega mientras en el cuerno de áfrica el hambre puede llevarse por delante a 11 millones. El mundo entero necesita rehab y pronto, esa de la que renegó una Amy Winehouse que ayer se cayó y se calló por última vez.
Oye mamá: El taco de repes
Colecciona (como el 99,9% de los niños entre 6 y 9 años de este país) el album de cromos de Invizimals. Cada paquete trae 6 cromos y cuesta 60 céntimos.
A partir de cierta cantidad de cromos empiezan a salir más y más «repes».
Al principio los cambias con los compañeros del cole, pero llega un momento (Panini es muy cuco) en el que todos tienen repes los mismos cromos, y el intercambio en el cole ya no es la solución: hay que comprar y comprar más y confiar en que te salgan esos «griales» que nadie tiene.
Aun así nadie te libra de tener un stock de cromos imposibles de intercambiar .
Ayer miraba miraba el taco de cromos (unos 4 euros) que se habían quedado «fuera de la historia». Ni podías pegarlos ni podías intercambiarlos.
Y entonces:
» Oye mamá: Me dan mucha pena los repes: nadie los quiere ya. ¿Te das cuenta de que si me compras otro album estos cromos que ahora no sirven y no los quiere nadie tendrían una casa y serían otra vez queridos?»
Compramos otro álbum (1 euro) en lugar de paquetes y paquetes.
Lleva todo el fin de semana pegando cromos repes, feliz como una perdiz.
No sé si es un manipulador del 15 o un cielo 🙂 (y yo más tonta que Abundio, que se tiró de un quinto porque nunca se había muerto) pero quería compartir la historia ¿Os podéis creer que me ha dado mucho que pensar?
Un montón de cromos inservibles que vuelven a la vida simplemente con un nuevo album.
Oye mamá: ¿en cash…?
Estos días de frío, compras y buenos deseos, le han descubierto que es afortunado al disfrutar de una calidad de vida que no todos tienen a su alcance. No hay supermercado en la ciudad sin una persona a la puerta pidiendo dinero o algo de comer. En estas, la generosidad del abuelo le provee de un billete de 10 euros que de inmediato pasa a mi guarda y custodia aunque será él quien decida cómo y en qué gastarlo. Lo mira y remira, hasta que…
«Oye mamá… ¿los pobres tienen cambio?»
Historias destiladas 
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